Los ríos, lagos y lagunas son los manantiales de los que bebemos, pero ellos constituyen parte de un sistema natural de captación de agua de lluvia. Este proceso se ha llegado a recrear por el ser humano, pero para eso se necesitan reservorios artificiales. El problema es que, eventualmente, se llega a necesitar un proceso de limpieza de cisternas para mantener los reservorios en buen estado.
El agua de lluvia debería ser pura al caer a la tierra, pero las gotas pueden atrapar los residuos que se encuentran en el aire. Es así como polvo o tierra terminan mezclándose con el líquido. Además, el aviento puede arrastrar hojas de arboles y muchos otros desechos que contaminan el agua. Es por eso que el agua debe pasar por un proceso que la hace apta para el consumo humano.
Se dice que el agua que sale de las plantas potabilizadoras debería poder tomarse cruda sin ningún problema. Sin embargo, sabemos que eso no es recomendable, porque durante su viaje hasta las casas puede volver a contaminarse con patógenos que nos enfermen. Esa es una de las razones por las que se realiza el proceso de limpieza de cisternas.
Por ejemplo, no todas las tuberías de la cuidad son modernas y hay muchas que no se han reemplazado en un periodo adecuado de tiempo. Las tuberías viejas se fabricaban con metal que con el tiempo se oxida o corroe. El paso del agua es implacable y puede remover pequeños pedazos de esos materiales que terminan acumulándose en los reservorios.
En ocasiones la contaminación del agua de los tanques está relacionada con coberturas deficientes. Si las tapas están rotas o dañadas pueden permitir que caigan elementos arrastrados por el aire. Además, algún animal en busca de agua podría ingresar, así como varios tipos de insectos que gustan de un ambiente húmedo. Eso ocurre con más frecuencia de lo que se piensa y nos gustaría.
Se deben ejecutar un proceso de limpieza de cisternas de manera periódica porque el agua estancada produce el crecimiento de algas. Si se empieza a sentir que el líquido que sale por los caños tiene un olor metálico o a pasto, es probable que eso esté ocurriendo. Algunos de los organismos que pueden crecer en los tanques de agua producen toxinas que pueden dañar severamente a la salud humana.
Las recomendaciones del Ministerio de Salud del Perú es que este proceso se repita cada seis meses tanto en instalaciones de empresas como en viviendas familiares. De esa manera, se puede garantizar que se está bebiendo agua de buena calidad y que su consumo es seguro.
Las empresas que se dediquen a realizar limpieza de cisternas en Lima deben contar con autorizaciones de la DIGESA. Siempre que se contrate este servicio se debe asegurar que se cumple con ese requisito, así se asegura que se usarán productos y procesos adecuados. Solo personal capacitado y equipado con adecuados equipos de protección debe realizar este tipo de trabajos.
Para realizar la limpieza de los reservorios solo puede haber una mínima cantidad de agua en su interior. Usualmente, se mantiene entre unos 10 a 15 cm de altura de líquido en el fondo del reservorio. Para alcanzar este nivel se puede cerrar el día anterior la llave que permite la entrada del agua y dejar que el consumo natural ayuda a disminuir el exceso. En caso que eso no sea posible, se deberá bombear el agua y se puede usar para regar jardines.
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